La etapa de hoy medirá nuestras fuerzas en la ascensión al monte Requeixada, tras la que llegaremos a Alberguería y a la cruz del monte Talariño, la cota más alta. Un descenso continuado nos acercará a Vilar de Barrio y a una multitud de parroquias donde el paisaje y el clima fomentan un modo de vida agrícola.
Con el tramo de Campobecerros a Portocamba ya realizado, decidimos madrugar menos, desayunamos en el tan mencionado Bar Multiusos y retomar nuestro camino.
Ya en ruta, abandonamos Portocamba, este baluarte del pasado y llegamos hasta una cruz de madera, donde una escultura de Carballo invadida por las piedras nos anima a tomar la pista de la izquierda.
A un primer tramo de falso llano le sucede el descenso decidido por la cuerda de la montaña, con el cortado a nuestra derecha. Durante más de tres kilómetros no cambia el guion y podemos disfrutar de las espectaculares vistas del valle. Llegamos a la aldea de As Eiras, del Concello de Laza, donde nos recibe una señora mayor que nos indica que tenemos una larga bajada hasta Laza, le damos las gracias y continuamos.
Cruzamos la población y salimos a la altura de un merendero dotado de fuente, mesas y bancos de madera. En este punto nos aferramos a la única opción posible, una carretera de montaña por la que descendemos durante cuatro o cinco kilómetros, rodeados de —casitas de gnomos— un inmenso y vetusto castañar. Una vez recorridos veremos un mojón jacobeo (marca 163,139 a Santiago) que nos lleva a cruzar el río Cereixo. Llegamos así a la carretera OU-112 para entrar en Laza. El itinerario hacia el albergue, que se encuentra en la rúa do Toural, está bien señalizado y una vez en la población aún tendremos que andar otro kilómetro, decidimos comprar algo para reponer fuerzas y comerlo en el albergue, pero este está cerrado, por lo que nos lo comemos en el parque cercano al mismo albergue y continuamos el camino.
Desde el albergue bajamos hasta un callejón situado junto a la iglesia de San Xoan. Llegamos a la praza da Picota y enfilamos la calle que nos lleva a pasar junto a un crucero y que llega al pie de la OU-113. La tomamos y a los 800 metros, en el desvío a Vilamea, la dejamos momentáneamente para cruzar el río Támega. Se retoma el asfalto hasta la primera población: Soutelo Verde. Nos llamó la atención una señal con la inscripción «Granada 888».
Cruzamos la población para salir de nuevo a la carretera —vacilamos entre asfalto y pista de tierra—, que dejamos acto seguido por una pista que conduce entre parcelas de cultivo y pastos a Tamicelas, donde tomamos agua en la fuente antes de llegar al pueblo, ante la inminente subida a Las Alberguerías.
Junto a la capilla dieciochesca giramos a la izquierda y subimos por una pista pavimentada que pronto se transforma en un camino alfombrado de acículas de pino. Tras el primer cruce comienza el tramo más duro y a cada paso vamos ganando altitud por la ladera empinada del monte Requeixada. El desnivel es constante durante el primer kilómetro y medio, pero luego se atenúa un poco. La ascensión se hace bastante larga en la parte final, donde vemos claramente, al fondo a la izquierda, la carretera que hemos dejado en Soutelo. La retomamos en el alto para entrar en Alberguería. Aquí, bajo el nombre de El Rincón del Peregrino, Luis Sande regenta un albergue con 24 plazas y también un bar decorado en todos sus rincones por las vieiras firmadas por los peregrinos, dejando constancia de nuestro paso en él, donde reponemos unas fuerzas bien merecidas y recogemos el coche que dejamos ya ayer tarde, vamos a por el coche a Portocamba y sin mayor dilación algunos —Samuel y Miguel— continúan el camino hasta Vilar de Barrio, para que Samuel tenga terreno ganado en próximas jornadas, pues regresará a Plasencia a trabajar.
Se sale del pueblo por un cómodo camino herboso, que suele anegarse de agua con facilidad, y tras un kilómetro largo cruzamos una carretera para retomar el camino y salir posteriormente a la OU-113. La cruzamos para tomar otro camino que nos lleva hasta una cruz de madera situada en el monte Talariño. Está situada a 970 metros de altitud, la cota más alta de esta jornada. Un mojón jacobeo nos anima a seguir por la izquierda y a descender hasta la carretera. Salimos de ella en breve para iniciar de forma decidida el descenso a Vilar de Barrio, a la entrada llamamos a Soledad y Carlos, para que le lleven al coche a Samuel para regresar y nosotros poder ir a dormir posteriormente, pero he aquí que ellos en vez de entrar por donde nosotros, lo hacen dirección contraria, por lo que Samuel sale después de los previsto.
Nosotros regresamos a Las Alberguerías, donde algunos nos aseamos y descansamos un momento para raudos irnos a cenar, como tenían fiesta en el pueblo, decidimos ir a Vilar de Barrio a cenar en la archiconocida Casa Carmiña, señora que nos recuperó con un buen pote gallego y unos filetes con patas y huevos fritos, con la que compartimos experiencias, contándonos el porqué de casa Carmiña, regresamos y después de un merecido café nos retiramos a descansar, previamente hemos decidido que Carlos y Soledad, hagan el camino normalmente y Miguel lo haga a la inversa desde Xunqueira de Ámbia a Vilar de Barrio, ya veremos cómo sale el invento.
La etapa entra en el Concello de Laza en la localidad de As Eiras. El Concello lo componen, además de Laza, 20 poblaciones distribuidas entre la montaña y el valle del río Támega, curso que nace en la Sierra de San Mamede y que tras un viaje de cerca de 150 kilómetros desemboca en el Duero. Si algo caracteriza realmente a Laza y a sus habitantes es su entroido o carnaval, uno de los más famosos de la Península Ibérica y que año tras año despierta la curiosidad de gente de más allá de nuestras fronteras. Entre los variados personajes destacan el indiscutible Peliqueiro, la Morena y las Hormigas. El traje del Peliqueiro cuesta un dineral y lo componen una careta con peineta de chapa que suele tener dibujada la figura de un animal, una chaqueta, camisa blanca, tirantes, cinto, cencerros, pantalón, medias y zapatos negros.
Parroquia casi deshabitada, de bonitas casas rústicas, perteneciente al municipio de Laza. Está a 900 metros de altitud. La iglesia de Santa María data del siglo XVII. Encontramos Albergue “El Rincón del Peregrino”, regentado por Luis Sande, precioso albergue privado.
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