Hoy caminaremos en nuestra primera parte hacia el sureste y paralelos a los montes de san Bartolomé y a la garganta de Descuernacabras. Estamos en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, una región montañosa con un alto valor geológico, ecológico y paisajístico.
Los Montes de San Bartolomé se destacan por su singularidad geológica. La sierra está compuesta principalmente de pizarras y cuarcitas del Precámbrico y el Paleozoico, que han sido moldeadas a lo largo de millones de años, creando un paisaje de sierras y valles profundamente disecados.
Salimos de la localidad por el cementerio, ascendiendo poco a poco paralelo a la loma de los casqueros, hacia casa Pavón en el majadal, aquí nos encontramos con la carretera CC-19.4 de Valdecañas del Tajo a Mesas de Ibor, la que caminamos pocos metros para tomar el camino de Mesas de Ibor a Fresnedoso, camino que no abandonaremos hasta la confluencia con la carretera de Valdecañas del Tajo a Fresnedoso de Ibor, la que tomaremos unos cientos de metros para acceder a Fresnedoso de Ibor.
Nuestra primera parte de la ruta culmina en Fresnedoso de Ibor, un pueblo pintoresco rodeado de naturaleza. Aquí puedes relajarte y explorar el pueblo, disfrutando de la hospitalidad local y de la gastronomía típica.
Adéntrate en un área de matorrales y bosques de encinas y alcornoques. La vegetación es rica y variada, proporcionando sombra y un entorno agradable para caminar.
Salimos de Fresnedoso hacia La zona de la Barrera para continuar por el valle de madre del caño aquí giramos a la izquierda y un poco más adelante hacia la derecha y continuamos por un bosque de alcornoques serpenteando los montes de san Bartolomé hacia la casa de los pros, collado de Aguas Frías y collado de Fuente Bravo por el camino dé Fresnedoso a Fuentelvado cruzando el rio Ibor para ir al Molino Gimeno para cruzar la carretera de Castañar de Ibor a Robledollano por la cueva de la Calera, siguiendo el río Ibor hacia Navalvillar de Ibor. El camino te lleva por un tobogán de ascensos y descensos hacia Navalvillar de Ibor. Disfruta de las vistas panorámicas de los alrededores mientras avanzas.
La ruta culmina en Navalvillar de Ibor, un pintoresco pueblo rodeado de naturaleza. Aquí puedes relajarte y explorar el pueblo, disfrutando de su hospitalidad y de la gastronomía local.
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