Previos a la partida parecíamos niños chicos cuando van a ir al campamento por primera vez con los preparativos. Partimos de Plasencia con una gran madrugada —las seis— y con compañía —la lluvia— que no nos daba buenos presagios. Nuestro destino, Villatoro —barrio norteño de Burgos—. Casi a mitad de camino paramos a tomar un café y a desentumecer las piernas. Seguía lloviendo y arreciaba en algunos tramos. Nosotros ya lo preveíamos y cautos íbamos pertrechados de material de todo tipo para estas inclemencias caprichosas que la madre naturaleza nos daba a primeros de junio cuando estábamos casi disfrutando de los primeros días del verano.
Llegamos a Villatoro (Burgos) con algún que otro rodeo pero no podía ser de otra manera por las obras de la circunvalación de Burgos y otras autopistas que así nos lo exigen. Previamente y ya pactado de antemano en el café del área de servicio, llevamos un coche a Hontomín (Burgos) para así poder realizar nuestra logística de regreso al lugar de descanso. Como decía, llegamos y fuimos, como no, a parar al ventorro Tatafa’s que nos recibió cuando concluimos nuestro paso por Burgos, rememorando grandes aventuras acontecidas y dándonos la bienvenida su dueño con unos cafés mientras nosotros nos colocábamos el material de agua para comenzar nuestra etapa alrededor de las diez de la mañana. Nos preguntaron si haríamos la etapa con el agua que estaba cayendo, a lo que Carlos contestó —“…el agua no rompe costillas…”—. Nos despedimos con un hasta luego y comenzamos nuestra etapa. Según empezamos a caminar por la carretera N-623 y N-627, hablábamos de continuar por la carretera cuando tuviéramos que tomar el camino pues estaría lleno de barro y acabaríamos hartos de barro, recordando, cómo no, la etapa de Tábara (Zamora) cuando realizamos el camino de Santiago de la Vía de la Plata. Así que decidimos muy acertadamente que iríamos mejor por carretera por las inclemencias del tiempo y porque había pocos kilómetros de diferencia.
Nuestro trazado inicial sería diferente, y coincidiría en mucho con el camino de Santiago del Valle del Mena (Bilbao) a Burgos. Gran parte del camino es igual al actual. Nosotros no entramos en las localidades burgalesas de Quintanaortuño, Gredilla la Polera, Villalba Sobresierra. Antes de llegar a Hontomín (Burgos), hay que recordar que Carlos V antes de hacer noche en Burgos, el destronado emperador pasó por Peñahorada (Burgos), atravesó el desfiladero de La Hoz y desde Villaverde Peñahorada (Burgos) accedió a Burgos a través de Sotopalacios (Burgos). Recientemente la Asociación para el Desarrollo Comarcal Bureba (Adeco Bureba) ha reeditado el camino que realizó Carlos V en su Merindad Río Ubierna, coincidiendo casi en su totalidad con el camino de Santiago del Valle del Mena (Bilbao) a Burgos aunque ellos lo han trazado desde Cernégula (Burgos), por su territorio administrativo, haciendo el actual camino propuesto por esta Merindad dejarían fuera de la ruta el desfiladero de La Hoz. También existe la posibilidad de seguir la Vía Verde de Santander – Mediterráneo (Alfoz de Burgos – La Bureba) hasta Peñahorada (Burgos) como hicimos nosotros en parte y continuar el resto por la carretera CL-629 hasta Hotomín (Burgos).
A unos cinco kilómetros nos encontramos con Quintanilla Vivar (Burgos), municipio de Burgos, comarca de Alfoz de Burgos, cabecera del ayuntamiento de su nombre y formado por dos localidades, Quintanilla Vivar (antiguamente Quintanilla Morocisla) y Vivar del Cid, cuna de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.
Constituye el punto de partida de la Vía Verde del antiguo Ferrocarril Santander-Mediterráneo, abierta en parte recientemente.
En las cercanías del municipio se encuentra el Real monasterio de Nuestra Señora de Fresdelval, que pertenece al término municipal de Burgos, y al que se suele hacer una romería anual.
Seguimos nuestro camino pues llevamos pocos kilómetros en ruta y tenemos que ganar tiempo por previsión de las inclemencias meteorológicas. Aunque parece que de vez en cuando nos da un respiro y deja de llover y al sureste vemos claros, continuamos y a un kilómetro más por la misma carretera nos encontramos con la localidad de Vivar del Cid (Burgos) cuna de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.
Al no realizar parada técnica, pues el pueblo queda alejado de la carretera unos cientos de metros, decidimos no entrar y continuamos hacia Sotopalacios.
Aquí, en Sotopalacios (Burgos), sí hacemos un receso y reponemos fuerzas. Aunque hemos llevado un alto ritmo, todo debido a nuestra decisión de realizarla por la carretera, que aunque se hace pesada ayuda a mantener ritmo y sobre todo al cese de la lluvia quedándose un día nublado y amenazante pero muy bueno para caminar. Tomamos unas cervezas y continuamos ruta, por la tediosa carretera CL-629, más aún por su densidad de tráfico.
Hemos dejado el Alfoz de Burgos y entramos en la Merindad del río Ubierna (Burgos), que hace honor al río que transcurre por ella, siendo este un afluente del río Arlanzón, compañero de fatigas en nuestro devenir por tierras de Burgos, a su vez afluente del río Duero. Recorre los municipios de Merindad de Río Ubierna, Quintanaortuño, Quintanilla Vivar, Sotragero y Alfoz de Quintanadueñas. Desemboca en el río Arlanzón cerca de la localidad de Villalonquéjar, término municipal de Burgos.
Como ocurre en la mayoría de los ríos que nacen en zonas calizas, y por tanto de alta porosidad, el río Ubierna no tiene un solo alumbramiento, sino que se surte de numerosas sugerencias próximas entre sí. En ellas destacan dos:
La Cueva. De origen cárstico. Se encuentra en terrenos de la empresa de explosivos del Páramo de Masa. La visita requiere el permiso pertinente.
La Poza. Situada en la localidad de Quintanilla.
Existen otras fuentes, pero de menor importancia que sólo adquieren cierto relieve en épocas de fuertes precipitaciones o rápidos deshielos, como la famosa Fuente Maján, situada a dos kilómetros al oeste de Quintanilla y donde la tradición sitúa un pueblo desaparecido que se llamó Maján, o la Cueva Rulladera, en el término de Valdemiguel (Burgos).
Salimos de Sotopalacios (Burgos) cruzando el pueblo, siguiendo la carretera N-623 y N-627. Transcurridos unos cientos de metros, encontramos la carretera CL-629, que será nuestra compañera de fatigas en la ruta a pie y la logística casi hasta nuestro destino pues termina en Colindres (Cantabria), dándose la mano con Laredo (Cantabría), pero eso ya llegará.
Continuamos nuestra ruta por la carretera CL-629, raudos llegamos a Villaverde Peñahorada (Burgos). Hay poco que destacar en ella, la amabilidad con que nos trató el camarero de su único bar y en el que refrescamos el gaznate y repusimos fuerzas con nuestras viandas, hasta aquí la etapa confluía por la trazada realizada previamente por nosotros, nuestra decisión de continuar por la carretera no cambia y a la salida de la localidad nos damos de bruces con una vía férrea “Santander-Mediterráneo”, el trazado del antiguo ferrocarril constituye en la actualidad el eje de un ambicioso proyecto de desarrollo turístico, a través de su conversión en Vía Verde de Santander – Mediterráneo (Alfoz de Burgos – La Bureba) hasta Peñahorada (Burgos).
Siguiendo nuestro camino y ya en el desfiladero de La Hoz nos encontramos una sorpresa en la Vía Verde. En uno de los puentes faltan las traviesas, tan solo están las vigas que serán el sustento de la vía, teniendo que realizar equilibrismo para pasar de un lado a otro y saliendo de unos de los grandes cortados encontramos la Mina La Polar, una explotación de recursos calizos. Negocio que comenzó su actividad en 1968, es una historia de desencuentros con los vecinos y propietarios del suelo del que se han extraído millones de metros cúbicos de piedra durante cuatro décadas de actividad. En 2004, ante las quejas de los vecinos, se precintan las instalaciones porque carecían de licencia de actividad, lo que los vecinos consideraron una victoria que ponía fin a la guerra iniciada años antes por la Junta Vecinal de Villaverde Peñahorada (Burgos).
La Vía Verde atraviesa el valle del Ubierna hacia las últimas estribaciones de la Cordillera Cantábrica. El paso del desfiladero de La Hoz en Peñahorada es uno de los escenarios más espectaculares del recorrido. Tras superar Villaverde Peñahorada, la ruta se interna en el cañón de la Hoz, para ascender suavemente hasta internarse en las tierras rojas de las torcas de La Molina y Cobos. “Treinta y seis meses es el tiempo previsto para acondicionar como vía verde los 44 kilómetros del antiguo ferrocarril Santander-Mediterráneo comprendido entre las localidades burgalesas de Quintanilla de Vivar y Castellanos de Bureba. El presupuesto de la obra es de 2.720.630 euros que correrán a cargo del programa Caminos Naturales del Ministerio de Medio Ambiente. El proyecto constructivo fue redactado por la Fundación de Ferrocarriles Españoles (FFE), por encargo de Adeco Bureba y CEDER Merindades promotores de este proyecto. Esta intervención es un paso importante en el proyecto de acondicionar como vía verde los 106 kilómetros de ferrocarril que hay entre el túnel de la Engaña y Burgos por las comarcas de Las Merindades y de Bureba. En estos momentos ya están acondicionados seis kilómetros entre Santelices y el túnel de La Engaña, y otro tramo de 14 kilómetros entre Modúbar de la Emparedada y Cojóbar, al sureste de la capital” (Vías Verdes, Fundación Ferrocarriles Españoles, Caminos Naturales. (2021).
Creo fundamental la consolidación de este eje de turismo sostenible hasta Las Merindades, al norte de la provincia, vertebrado por esta mítica vía férrea. Se trata de algo tan simple como reconocer el valor de lo que tenemos aquí mismo, sin estridencias ni especulaciones.
Este texto, extraído de la Revista Desnivel, nos recuerda que la obra debiera haber estado finalizada a mediados de este año 2013. Sin embargo, se encuentra actualmente paralizada y pendiente de que el Ministerio la retome. La necesidad de impulsar esta vía verde del norte de la provincia de Burgos como eje vertebrador del medio rural es fundamental. Turismo y ocio sostenible, movilidad en bicicleta, medio ambiente y desarrollo rural son elementos que deben entrelazarse y reivindicarse en una sociedad que está obligada, ante un modelo en crisis, a buscar nuevas alternativas.
Aun sorprendidos por los paisajes, túneles y roqueros de escalada, nos damos de bruces con Peñahorada (Burgos), situada en un desfiladero de La Hoz coincidente con la divisoria entre las cuencas Atlántica, río de la Hoz, afluente del río Ubierna; y Mediterránea, río de la Molina, afluente del Homino.
En la localidad hay una escuela de escalada deportiva y la zona de escalada deportiva más destacada de la provincia de Burgos, y vimos los anclajes de las vías de bajada con gente practicando la escalada.
No recuperados aun del paisaje del desfiladero y con nuestros devaneos de cómo se sustentaban antiguamente en esta zona, ya pasado Peñahorada (Burgos), subiendo la cuesta que nos lleva de nuevo al páramo, volvemos a encontrarnos sorpresas, esta vez de otra índole, pues en nuestro camino y sin darnos casi cuenta encontramos un vehículo poco habitual —un Ferrari—y menos por estos páramos deshabitados. Perplejos continuamos nuestro camino y a lo lejos divisamos una carrera ciclista, —para sorpresa nuestra es toda de mujeres—, es la vuelta ciclista a Burgos femenina, y justo a su paso volvemos a oír rugir y retumbar motores y avistamos un Aston Martin, Lamborghini, Ferrari (2), Mustang, Jaguar… preguntándonos Julián y yo, que sino seria la carrera Gumball —estos locos millonarios que hacen carreras—.
Proseguimos preguntándonos aun si serán o no y llegamos a Hontomín (Burgos), ahora entidad local menor perteneciente a Merindad de Río Ubierna (Burgos).
Se encuentra situado en el límite entre dos cuencas hidrográficas. Se dice que una parte de algunos tejados llevan el agua a la vertiente del río Ebro a través del río Homino, mientras que otros tejados lo hacen a la parte del río Duero, a través de arroyos como el Hontoria.
Es un importante lugar de paso desde la antigüedad, pues se encuentra en el antiguo camino que comunicaba Burgos con Laredo (Cantabría), y forma parte de la Ruta de Carlos V, ya que el emperador pernoctó una noche en la localidad “…después de haber descansado en Pesadas de Burgos el Emperador emprendió rumbo hacia la capital, el día 12 de octubre pernoctaría en Hontomín” (Autor, 2021, p. xx).
Montamos en el vehículo logístico y nos desplazamos a Villatoro a por el otro vehículo y fue montar y ponerse a llover como si nunca hubiera llovido. Llegamos a Villatoro y decidimos tomar unas molestias a la vez que nos cambiamos de calzado. Vamos a Pesadas de Burgos (Burgos), nuestro lugar de descanso según lo previsto y nos quedamos sorprendidos por el lugar y por la calidad de sus moradores que nos ofrecen todo lo que tienen y más. Es más, nos tratan como a sus propios hijos, pero no solo nos sorprendemos por eso, también por el detalle con el que tienen la Casa Rural, muy recomendable, nos sorprende una habitación con una bañera victoriana preciosa.
Nos aseamos y bajamos tal y como hemos quedado en cenar y la abuela nos vuelve a sorprender en la cena.
Nos retiramos a descansar pues el día ha sido muy duro ¡seguro que dormimos del tirón como un niño chico!
Quintanilla Vivar o Quintanilla Morocisla se asienta a orillas del río Ubierna. La villa forma un solo ayuntamiento con la localidad vecina, Vivar del Cid y se encuentra muy cerca de Burgos en la carretera de Santander. La nomenclatura de estas poblaciones se ha abreviado en Quintanilla Vivar, pero hablaremos aquí solamente del devenir histórico de Quintanilla Morocisla, que arranca del último tercio del siglo IX. Bajo el gobierno de Diego Porcelos las vanguardias de los reconquistadores y repobladores cristianos alcanzan los cursos del río Ubierna y del Urbel y finalmente el Arlanzón.
Vivar es un pueblo volcado en la figura del Cid: desde los nombres de las calles hasta diversos hitos escultóricos, todo evoca su estela legendaria. Quizá los hitos más significativos sean el mojón de la Legua Cero -junto a un viejo molino harinero, inicio simbólico de la ruta- y la estatua del Cid. Esta se encuentra en la plaza, y refleja un Cid más humano, alejado de los clichés heroicos. Frente a esta escultura hay un hito de piedra con la versión paleográfica de los primeros versos del Cantar: un buen lugar donde sacarse una fotografía de recuerdo, al igual que la Legua Cero.
Sotopalacios es una localidad de Burgos, en el municipio de Merindad de Río Ubierna, del cual es su capital. En tiempos pretéritos fue el pueblo más importante del valle del río Ubierna, con dos barrios, estación de ferrocarril e incluso cárcel. La carretera de Santander, N-623, cruza el pueblo, aunque está señalizado con un par de semáforos, debido a su alta densidad de tráfico. La primera vez que el nombre de Sotopalacios aparece es en un documento de 1124 del monasterio de San Salvador del Moral, convento de benedictinas que se encontraba no lejos de Palenzuela, del que por azar una copia ha llegado hasta el siglo XXI.
Villaverde Peñahorada como decíamos anteriormente hay poco que destacar en ella, está situada 6 km. al este de la capital del municipio, Sotopalacios, junto a las localidades de Quintanaortuño, Rioseras, Ubierna y Peñahorada. En la salida sur del desfiladero formado por el río de la Hoz, afluente del río Ubierna. De 1137, Villuerde (Oña) de significado obvio. Primer pueblo de la Merindad situado en la Carretera de Villarcayo.
Peñahorada, es una localidad situada en la provincia de Burgos, comarca de Alfoz de Burgos. Su situación administrativa es la de Entidad Local Menor dependiente del ayuntamiento de Merindad de Río Ubierna. Está situada 8 km. al norte de la capital del municipio, Sotopalacios, junto a las localidades de La Molina, Villaverde Peñahorada y Gredilla la Polera. Situada en un desfiladero coincidente con la divisoria entre las cuencas Atlántica, río de la Hoz, afluente del río Ubierna; y Mediterránea, río de la Molina, afluente del Homino.
Hontomín, un antiguo municipio de Burgos, ahora entidad local menor perteneciente a Merindad de Río Ubierna. Se encuentra situado en el límite entre dos cuencas hidrográficas. Se dice que una parte de algunos tejados llevan el agua a la vertiente del Ebro a través del río Homino, mientras que otros tejados lo hacen a la parte del Duero, a través de arroyos como el Hontoria. Aparece datado en 945, Fonte Omini (Cardeña), 24 - XI - 978, Fonte Homine (Covarrubias) fuente del río Omino; a pesar de la proximidad entre Omino y Homine, éste último en latín homo hominis con el significado de hombre; no nos atrevemos a relacionar los dos vocablos por el diverso acento tónico de ambos, ya que Omino es palabra llna y homine es esdrújula. Omino sería de origen prerromano del radical indoeuropeo minius que ha dado otros muchos topónimos relacionados con corrientes de agua.
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