Partiendo de la iglesia de Ntra. Sra, de Altagracia se encuentra, antes de salir de Jaraíz, una fuente donde reponer nuestras cantimploras. Al llegar al colegio Gregoria Collado, se gira a la izquierda y a continuación a la derecha donde se retoma la señalización para salir por la avenida de Torremenga. El camino asciende hasta una urbanización y toma una pista cementada que desciende hacia la carretera aunque antes de llegar a ella gira a la derecha y toma un camino que discurre por unas terrazas y que finalmente desciende a la EX – 203 ya en las inmediaciones de Torremenga.
Se entra en la población y al llegar a una fuente de cuatro caños se toma la c/ Real que sale a la derecha, entrando en la plaza de España que se atraviesa en diagonal. Saliendo de esta por la izquierda, se encuentra un cartel del SL-CC-52 que lleva a Los Cotos y que seguimos durante 100m. El SL sigue por la izquierda y el GR 111 por la derecha por una pista asfaltada; inmediatamente se gira a la izquierda y se pasa por la puerta del Cementerio. La ruta sigue en un ascenso continuo por una pista cementada, entre campos de frutales. Siguiendo hacia arriba, pronto se llega hasta la carretera que por la derecha viene de Jaraíz. Se toma hacia la izquierda en dirección a Pasarón, por el arcén de la izquierda, durante 1km. Así se llega a una explanada en la que confluyen cinco pistas de tierra, todas por la izquierda. La ruta toma la que sigue casi de frente y más próxima a la carretera. La pista se convierte en senda casi cerrada por la vegetación que bordea el muro de un bancal con olivos. Después de 1,5 km. de senda, se vuelve a salir a la carretera, se toma unos 50m. hacia la izquierda y se abandona otra vez para comenzar una bajada por pista de cemento hacia la población que ya vemos a nuestros pies. Nuevamente la carretera durante 200m. abandonándose hacia la derecha para entrar en la población por la c/ Gabriel y Galán. Sobre los tejados se divisan las chimeneas de un palacio que serán la referencia del lugar por donde se salga del pueblo. Giro a la derecha y se sigue la c/ Real para entrar en Pasarón de la Vera.
Siguiendo por la c/ Magdalena, se atraviesa la plaza de España. Se sale por la izquierda y luego la 2ª a la derecha lleva a la fachada del Palacio de los Manrique de Lara que se deja a la derecha y por la c/ Magdalena se abandona la población. Se sale entre viejos muros de piedra que soportan terrazas y sirven de límite a las propiedades. Hacia la izquierda se divisan los montes de Monfragüe. Después de tanta pista, llama la atención la belleza de este tramo, que por la ladera del monte Peñalba, discurre por un antiguo camino entre pastizales y robledales, hasta que después de entrar en una zona de berrocal se interrumpe en un muro al lado de una vieja construcción. Detrás de él hay que tener cuidado para no perder el camino que sigue de frente, no perdiendo altura nunca. A nuestra izquierda y un poco más abajo se ven unos pilones para el ganado dispuestos en cascada llamados Pilar de los Bureros. Más adelante comienza un suave ascenso a lo largo de la ladera hasta voltear la loma, donde un camino más marcado desciende entre robles y berrocal. Al haber más humedad aparecen helechos y zarzas. A la vuelta de un recodo aparece el próximo destino al que se accede por camino empedrado que discurre entre propiedades sin uso agrícola. Pocos metros antes del pueblo, se cruza la carretera que por la izquierda viene de Pasarón y se empieza a bordear Arroyomolinos por el sur, sin llegar a entrar en la población.
Un corto tramo de pista de tierra y un camino rural asfaltado rodean por el sur la población que el GR 111 no toca. Al cabo de 1 km. se toma la carretera de la derecha y tras cruzar por un puente el Arroyo de Tejeda se pasa por delante de un bello hotel rural. Al final de su muro se toma la senda que sale hacia la izquierda. Otra vez se marcha por un camino tradicional que discurre entre muros de piedra que limitan campos de robles y prados para ganado vacuno. Pronto el camino se convierte en pista de tierra muy agradable de caminar. A la izquierda, hacia el horizonte, se puede divisar la gran mole de la Iglesia de Tejeda de Tiétar y por la derecha las primeras lomas de la Sierra de Tormantos. El camino es prácticamente llano viéndose a ambos lados viejas construcciones ganaderas. Este se interrumpe 4 km. antes del final por la impresionante muralla de vegetación que lo cierra durante un intervalo de 1 km. que hay que recorrer saltando por los campos ganaderos que hay por la derecha, siguiendo el muro del camino, hasta que lo encontramos despejado a la altura de una cancela verde que habrá que saltar ya que se ha ido por propiedades privadas. El camino se hace pista de tierra transitada por los vehículos que acceden a estas explotaciones ganaderas y se sigue hacia el W. El arbolado va desapareciendo progresivamente, viéndose cada vez menos robles. Las primeras casas del pueblo se divisan a más de 1 km. El camino de tierra desemboca en una carretera que se toma hacia la izquierda e inmediatamente se gira a la derecha para cruzar por el puente la Garganta del Obispo. Al acercarse al pueblo por el arcén izquierdo, en un tramo asfaltado en desuso, se abandona este para ir a la izquierda y seguir por una vieja senda que finalmente alcanza el asfalto en las primeras casa de la población. Siguiendo por ella en dirección a Plasencia y después de pasar por la “Fuente de Abajo” se llega a la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción que con un acogedor pórtico es el final del GR 111.
Esta población se asienta a los pies del Cerro de las Cabezas. Esta unida a Jaraíz por un paseo acerado de apenas de dos kilómetros, parece que su nombre le viene de una vieja torre, probablemente visigoda situada al noroeste de la población: Torre Menguada. En 1331 junto con Garganta y Pasarón, forma parte de un señorío creado por el Rey Alfonso XI, que más tarde donará al Infante D. Alfonso de La Cerda. Después de pasar por varias casas señoriales, se hace villa en tiempos de Carlos III. Su principal monumento es la Iglesia Parroquial de Santiago, levantada entre los siglos XVI y XVII y reconstruida en la segunda década de los años cincuenta en el siglo XX. Para los aficionados a la pesca uno de los mejores lugares es el Embalse de Robledo. Otros enclaves de interés son el bonito paraje conocido como Las Eras y Las Tejoneras, antiguo recinto dedicado a la trilla. Durante la noche del Sábado Santo se celebra la Quema del Judas durante la cual se somete a juicio a un pelele que representa la figura de Judas que acaba siendo condenado a morir quemado con gran estruendo pirotécnico.
Siguiendo con nuestro paseo por la Comarca, nos adentramos en la localidad de Pasarón de la Vera, en la cual el visitante disfrutará al contemplar su arquitectura popular reflejada en sus construcciones tradicionales, sus rincones típicos y paisajes naturales. Todo ello le ha favorecido para la declaración de Conjunto de Interés-Artístico en el año 1998. Dentro de los monumentos significativos nos encontramos con la Iglesia del Salvador del Siglo XV-XVI, con interesantes Retablos barrocos y algunas imágenes góticas de Cristo crucificado, el Palacio de los Condes de Osorno del siglo XVI, edificación renacentista de los Manrique de Lara que empezó a construirse en 1531 cuando éstos adquirieron el Señorío de Pasarón. Su fachada principal de dos niveles se convierte en tres aprovechando el desnivel del Mediodía. Resaltar sus preciosos balcones y una galería arcada, dan gran vistosidad a tres de sus muros. En su interior contiene una bella escalera renacentista y majestuosas bodegas y en su exterior, resulta impresionante en la cubierta de su tejado con cinco peculiares, bellas y enormes chimeneas que lo rematan. En este palacio, vivió Magdalena, primer amor de “Jeromín” o D. Juan de Austria. Este municipio cuenta con tres Ermitas: Ermita de Ntra. Sra. de La Blanca, ubicada a dos kilómetros del pueblo, es un verdadero santuario comarcal, celebrándose en este templo las dos romerías que se celebran en Pasarón. Esta construcción data del siglo XVI. De posterior fecha, siglos XVII-XVIII, la Ermita de la Purísima Concepción y la Ermita del Cristo de la Misericordia, finales del siglo XVII. No debe olvidarse la Casa de D. Luis Prieto del siglo XVII. Además de todos los atractivos que pueden encontrarse al visitar Pasarón, debe mencionarse la Festividad de San Blas, debido a un curioso elemento procesional: el “BO”, figura que acompaña a “Las Cajas” en su recorrido procesional por las calles.
El municipio debe su nombre a los numerosos cauces que atraviesan su término, entre los que destacamos el arroyo del Horco y de San Pablo y la garganta de la Desesperá. Es un pueblo eminentemente agrícola y ganadero. En él se elabora un reconocido “vino de Pitarra”. En su casco viejo, situada en los alrededores de la Plaza de España, nos encontramos la monumental Iglesia Parroquial de San Nicolás, obra de los siglos XV y XVI levantada con sillería de mampostería granítica. En su interior podremos apreciar un hermoso Retablo rococó del siglo XVIII. Su torre, con posible origen defensivo y de construcción anterior, está separada del cuerpo principal de la Iglesia por una calle, lo que resulta curioso de contemplar para el visitante. Continuando con la visita a esta localidad, no debemos olvidarnos de la Fuente del Llano y la Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero, con la imagen de Cristo Crucificado del siglo XVII. Desde la Plaza de la Atalaya, podremos disfrutar en su mirador de los parajes aledaños con la famosa Garganta de “la Desesperá”. Aguas arriba, en el límite con Piornal, tras los días lluviosos hay un bello salto de agua.
Llegamos a la localidad con menor número de habitantes de la comarca y la última en incorporarse a la Mancomunidad Intermunicipal de La Vera, cuya anterior denominación fue “Villaflor de la Vera”. Se encuentra, entrando por el oeste, de camino a la Sierra de Tormantos y es un buen ejemplo de población serrana, la más occidental de toda la comarca verata. De todas sus construcciones, destacamos la Iglesia Parroquial de La Asunción, construida en mampostería en el siglo XV, y que posee en su interior un retablo del siglo XVII, óleo a cuatro tablas con figuras alegóricas del Antiguo Testamento. Las tallas de Nuestra Señora de Rocamador y San Blas, completan un monumento digno de ser conocido y apreciado. La naturaleza siempre generosa en La Vera, ha dotado al término de Gargüera de lugares interesantes de visitar y disfrutar, como los pantanos de Gargüera, Navabuena y por supuesto, la Garganta de Gargüera, subafluente del río Tiétar.
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