Pequeñas manchas de monte mediterráneo comienzan a invadir el paisaje parcelario de jornadas anteriores, sobre todo tras cruzar el río Esla y afrontar una zona de frondosa vegetación. Desgraciadamente el segundo tramo de la etapa, que pasa por la población de Faramontanos de Tábara, nos devuelve a la realidad de las pistas de horizonte infinito.
Pista y camino nos llevan hasta la misma orilla del embalse de Ricobayo, donde un laberinto de flechas pintadas en el lecho seco del pantano puede convertir un mero paseo en una incómoda travesía. Después debíamos alcanzar las ruinas de Castrotorafe y pasar por Fontanillas de Castro, Riego del Camino y Granja de Moreruela, pero nosotros hemos decidido acortar nuestra deambular en el Camino de Santiago, realizando la etapa directamente a Tábara, sin pasar por estas localidades. Además, toca decidir si continuar por la Vía de la Plata hacia Astorga o escoger el Camino Sanabrés que llega a Santiago de Compostela vía Orense.
Inauguramos el día junto a la iglesia de San Miguel Arcángel. A sus pies se encuentra una escultura dedicada al Zangarrón, una máscara ancestral cuyo papel se encargan de representar los quintos los días de Año Nuevo y Reyes. Dejamos Montamarta y cogemos un camino que en breve baja hasta la cola del embalse de Ricobayo. Enfrente se alza sobre un farallón, a salvo de las aguas, la ermita de la Virgen del Castillo. Se deja a mano izquierda dando a parar a una pista, como no, que comienza con un repecho de unos cientos de metros. Continuamos rectos algo más de tres kilómetros, con la referencia de la N-630 a nuestra derecha, y después cruzamos una cadena de finca privada para subir un pequeño tramo rodeados de encinas. Acto seguido viene un giro a la derecha que nos lleva a bajar hasta la nacional para cruzarla.
En efecto, aquí comienza o, más bien, continúa, para nosotros, la peregrinación a Santiago, despidiéndonos así de la Vía de la Plata que sigue hacia Astorga inaugurando el Camino Sanabrés.
Con la nacional a nuestra izquierda caminamos un kilómetro escaso hasta volver a cruzarla de nuevo. Por otro camino llegaremos hasta una loma que domina el embalse de Ricobayo, aquí se bifurca el camino y se engrandece la historia: la de la Vía de la Plata con el Camino Sanabrés, que aquí nace» Así dice el texto de la Fundación Ramos de Castro que se encuentra junto a la fachada de la iglesia de Granja de Moreruela, localidad que no visitamos, ya que como hemos comentado, giramos a la izquierda en la unión del camino con la N-630, tomando la carretera N-631, dirección Orense, siguiendo la carretera hasta el puente que nos permite cruzar el embalse de Ricobayo, ofreciendo este embalse un conjunto de servicios para disfrutar de la naturaleza y realizar actividades náuticas en su embalse, con más de 40 km navegables es uno de los más grandes y antiguos de la cuenca del Duero, sorteado el río Esla, — por el puente de la Estrella que cruza el embalse y forma parte de la N-631—, seguimos nuestro camino y nos desviamos al complejo hotelero, del cual no tenemos buen recuerdo —no abrimos hasta las diez y eran menos cinco— por su mala gestión, dejándose ir unas bonanzas peregrinas.
Continuamos nuestro particular Camino por tierras zamoranas, hacemos una pequeña subida y una gran recta por la carretera paralela a la urbanización del embalse de Ricobayo, al finalizar está encontramos a la benemérita —camuflada— a la caza y captura de raudos conductores, comentando entre nosotros —la mala leche de la benemérita— y que al final de la recta encontraremos una pista de concentración parcelaria —que no encontramos— paralela a la carretera N-631 que nos lleva a Palazuelo de Tábara y luego Tábara, recuerdo este acontecimiento porque un poco más adelante en un chalet junto a la carretera y explanada donde está el vehículo es donde se encuentra la bifurcación, que no vimos, al no encontrarlo continuamos carretera y en después de pasar el arroyo…, donde realizamos una pequeña pero necesaria parada para reponer fuerzas, todos nos quejábamos de tramo de carretera que acabamos de hacer, encontramos un pastor toledano al que preguntamos por la pista de concentración parcelaria que no vimos, para saber dónde podemos cogerla, indicándonos que debemos ir hacia atrás, nosotros no le hacemos caso y continuamos nuestro camino después de unas viandas y cervezas frescas, encontramos las obras del AVE a Galicia y allí sí dimos con el camino casualmente no, el chivato del GPS de iphone así nos lo indica, realizamos poco más de un kilómetro por parte del trazado del AVE a Galicia antes de tomar la pista que nos lleva a Palazuelo de Tábara, antes de llegar a Palazuelo encontramos varios maizales que están siendo regados, saliendo el agua al camino que nosotros llevamos, esquivando mojarnos, pero obviamos el pisar el camino mojado, ya que una vez pisado parecía que andábamos a cámara lenta, como si estuviéramos pegados al suelo, además de crecer unos centímetros por los zancos de barro que nos salieron accidentalmente, unos cientos de metros más adelante encontramos un gran abrevadero de ganado en la entrada de Palazuelo de Tábara, donde nos reciben unos mastines y unos rebaños acarrados de ovejas, nosotros decidimos salir del camino y buscar nuestro particular abrevadero frente a la iglesia parroquial, realizamos una breve parada que aprovechamos para hablar con los paisanos y refrescarnos.
Reanudamos nuestra marcha retomando la pista de concentración parcelaria, hacemos unos kilómetros feos y anodinos hasta que nos adentramos en un bosque de encinas más denso que hace de barrera vegetal para que no podamos ver la localidad de torre de la Iglesia de Santa María de Tábara, aún nos queda kilómetro y medio de carretera, pues la larga recta se hace pesada para las piernas, aunque somos conscientes de que nos espera unas molestias y el merecido descanso después de una larga y calurosa etapa.
Iglesia de Santa María: Dicen las crónicas que la actual iglesia románica, declarada Monumento Histórico Artístico en 1931, se construyó sobre los restos del antiguo monasterio mozárabe de San Salvador, cenobio donde se formó una escuela de copistas y pintores que realizó varios manuscritos de gran importancia. La iglesia fue consagrada en el año 1137 por el obispo Roberto de Astorga y de esta época conserva la torre, los muros laterales y sus portadas. La torre, de planta cuadrada y tres cuerpos, fue construida en pizarra silícea y mampostería.Históricamente ha sido un enclave importante, así lo confirma la relevancia del Monasterio de los Jerónimos en torno al año 1500. Sin embargo, los restos más antiguos del pueblo se encuentran en el muro norte de la Ermita de la Virgen del Castillo, siendo probablemente románicos del siglo XII como confirman los canecillos que quedan aún visibles. También debe ser de la misma época la sencilla pila bautismal románica que se conserva en la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel.
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